Siento que mi
corazón
quiere ser
más obediente
dándole sólo
a mi alma
lo que a ella
le apetece.
Sé que mi
alma desea
vivir serena
y en paz
para poder
escuchar
esa voz que
solo habla
en el
silencio y la paz.
Hoy recuerdo
con nostalgia
aquel mensaje
especial
que en el año
2004,
ese día 2 de
Enero,
me pedía con
esmero
que, apartada
de la gente,
yo buscara
cada día
mi camino
verdadero.
Me prometía
palabras
de paz, luz y
salvación,
si yo
prestaba atención
y estaba a su
voz pendiente.
Ahora yo
siento en mi ser
que algo me
queda pendiente,
por eso me
vuelve a hablar
esa Voz que,
en el silencio,
mi alma suele
escuchar.
Yo ruego a la Providencia
que me de
sabiduría
y prudencia
para saber
aceptar
como debo de
actuar
cada día,
hora o momento.